MANUEL PIRRONGELLI, DIRECTOR PIRRONGELLI MANAGEMENT
Entrevista por Daniela Bosé (Directora General de Palacio Vistalegre)
MANUEL PIRRONGELLI
DIRECTOR PIRRONGELLI MANAGEMENT
P: ¿Dónde has pasado el confinamiento?
R: En Madrid. Adaptamos, por así decirlo un 3 en 1…
Dentro del mismo espacio lo tenemos dividido en 2 plantas, tipo loft… La vivienda propiamente dicha por un lado y la oficina artística por otro. Además, habilitamos un diseñado especialmente a las Terapias Cuánticas, dónde hay un apartado específico para artistas que pudieran necesitar alguna ayuda física o emocional…
P: ¿Desde cuándo estuviste confinado?
R: Desde el día 7 de marzo, justo después de terminar el concierto de Camela.
P: ¿Ha sido fácil la digitalización para trabajar en remoto?
R: Desde hace unos meses procedimos a realizar el acondicionamiento oportuno descrito anteriormente, además de tener un apartado para proyección de visuales y equipo de audio, para pequeñas reuniones, con lo cual no hemos tenido problemas de adaptación en ese sentido.
P: ¿Qué aplicaciones usas más para llamadas o videollamadas?
R: Zoom y Skype, aparte de la videollamada típica del Smartphone.
P: ¿Existía una separación entre la vida profesional y la personal? ¿Demasiadas videollamadas?
R: Por mi parte intento separar siempre muy bien los dos apartados, el personal y el laboral, organizando bien las llamadas y videollamadas en distintos horarios a lo largo del día.
P: ¿Cómo ha sido la relación con los artistas/compañeros/empleados?
R: Pues no cambió mucho la relación. Quizás no con tanta asiduidad, pero el contacto vía telefónica, mails, videollamadas y demás han seguido activas, además de los típicos vídeos grabados de los artistas y músicos desde sus casas que he tenido el placer de poder editarlos y compartirlos en distintas plataformas. Evidentemente contactos personales físicos cero.
P: ¿Qué efectos adversos destacarías?
R: Por desgracia, como a todos los compañeros y artistas, ha sido imposible trabajar hasta la fecha. En nuestro caso hubo un poco de todo, desde cancelaciones definitivas hasta futuros cambios de fecha, tanto en festivales ya organizados cómo artistas individuales.
P: ¿Cómo afecta en este momento y en un corto/medio plazo al negocio?
R: Se presupone que va a llevar bastante tiempo volver a la normalidad según la conocíamos. Los festivales con gran afluencia de público serán los grandes perjudicados, además de todo lo que se ha perdido económicamente, la devolución de entradas ha sido muy rápida y generalizada… Si es cierto que artistas con menor impacto social tendrán más posibilidades de empezar primero a trabajar, con pequeños aforos, después poco a poco irán uniéndose los artistas más mediáticos, pero cómo digo, tardaremos bastante tiempo.
P: ¿Qué le pides a las administraciones y a la industria?
R: Ha sido muy complicado mantener a mucho del personal con los que se contaba antes de la pandemia, las plantillas se están viendo, por desgracia, demasiado mermadas. Las instituciones deberán pensar muy a fondo en todo nuestro colectivo cultural con cerca de casi 700.000 trabajadores dedicados de una u otra forma al espectáculo. Artistas, músicos, técnicos, montadores, mánagers, conductores, seguridad, catering, carga y descarga, ticketing, imprenta, publicidad y un largo etc, además de muchos otros sectores indirectos derivados del espectáculo.
Quizás no sea políticamente correcto lo que voy a decir, pero habría que pensar de distinta forma las necesidades, económicamente hablando, que puedan llegar a tener nuestros grandes artistas, esos cabezas de cartel, los primeros espadas que orgullosamente tenemos en nuestro país, y que tengo el honor de trabajar con alguno de ellos. Pero habría que poder diferenciarlos de otros grandes artistas de igual calidad pero distinta repercusión, así como músicos, técnicos y demás personal que vive del mundo artístico. Por desgracia el poder adquisitivo de unos y otros en estos momentos caóticos de crisis emocional, mental, social y económico, no sea igual como para llegar a poner a todos en la misma dirección (si es que hubiese alguna).